ZAINA
¿Cómo negarme al amor si estás tocando a mi puerta?
¿Cómo no sentirme vulnerable, cómo no enamorarme de tu belleza, tu inteligencia y tu forma de ser?
¡Oh, mujer! Nada se compara con la ternura de tu mirada, la sonrisa de tus labios rojos, tu voz angelical y la suavidad de tu piel.
Tú, y solo tú, provocas versos en la pluma del poeta. Y, ¿sabes? Es inexplicable lo que uno siente al mirarte.
A veces, prefiero guardar silencio y simplemente admirarte: admirar ese carácter tuyo, tan fuerte y tan tierno a la vez.
Eres tan perfecta en todo sentido, que ni Afrodita ni Atenea juntas podrían compararse contigo.
Déjame… solo déjame idolatrarte mientras viva.
Déjame saciar esta sed que tengo de beber tus ojos, de soñarte y descansar en tus cálidos brazos.
¡Oh, mujer! ¿Cómo negarme al amor si tengo a una diosa frente a mis ojos?
¿Cómo no sentirme vulnerable, cómo no enamorarme de tu belleza, tu inteligencia y tu forma de ser?
¡Oh, mujer! Nada se compara con la ternura de tu mirada, la sonrisa de tus labios rojos, tu voz angelical y la suavidad de tu piel.
Tú, y solo tú, provocas versos en la pluma del poeta. Y, ¿sabes? Es inexplicable lo que uno siente al mirarte.
A veces, prefiero guardar silencio y simplemente admirarte: admirar ese carácter tuyo, tan fuerte y tan tierno a la vez.
Eres tan perfecta en todo sentido, que ni Afrodita ni Atenea juntas podrían compararse contigo.
Déjame… solo déjame idolatrarte mientras viva.
Déjame saciar esta sed que tengo de beber tus ojos, de soñarte y descansar en tus cálidos brazos.
¡Oh, mujer! ¿Cómo negarme al amor si tengo a una diosa frente a mis ojos?
Tu apoyo será clave para este proyecto 👉Clic aquí
Comentarios