LA UNIDAD EN LA DIVERSIDAD POR BOLIVIA
La historia política boliviana nos enseña que la revolución del 52 inició en la guerra del Chaco, 1932, porque fue allí donde se vieron cara a cara todos los bolivianos; allí se reunieron los cruceños, chapacos, guaraníes, benianos, pandinos, paceños, orureños, potosinos, cochalos, tarijeños, chuquisaqueños, chaqueños, cambas, collas, etc; fue en este contexto donde entendieron y comprendieron la diversidad cultural y étnica de Bolivia. Por primera vez vieron cómo estaba compuesta la sociedad boliviana, y está generación tenía un solo objetivo: defender el Gran Chaco boliviano. Luego, terminada la contienda iniciarían los preparativos hasta lograr la revolución nacional de 1952.
Hay un hecho trascendental en aquella contienda: hablamos de la generación “TRES PASOS AL FRENTE”, esta generación tomó la firme decisión y determinación fundamental para preservar la integridad territorial y la defensa del petróleo boliviano. ¡Una generación compuesta por jóvenes valientes que se enlistaron dejando atrás todo, y el día que se hizo el requerimiento, dieron tres pasos al frente al unísono!, dispuestos a dar la vida por amor a la Patria, e inmediatamente marcharon a la línea de fuego, se enfrentaron al enemigo con profunda convicción y lucharon con hidalguía en las arenas chaqueñas. Una acción heroica, histórica y épica, por cierto.
Los mártires de la guerra del Chaco nos enseñaron una lección muy importante: “LA UNIDAD en la diversidad por Bolivia”. ¡Hoy! los bolivianos y bolivianas debemos poner en acción, aquella lección trascendental que es: “la unidad en la diversidad por Bolivia” y también debemos dar ¡tres pasos al frente al unísono!, tomemos la firme decisión con convicción y determinación de:
1.
Eliminar la corrupción
2.
Impulsar el desarrollo económico
3.
Impulsar el desarrollo técnico
científico
Así, de esta manera estaremos honrando la memoria de los mártires de la Guerra del Chaco. La unidad en la diversidad y estos puntos mencionados, implica la consolidación de un gobierno nacional con una planificación estratégica que contemple necesariamente estos puntos y, además, la implementación de la meritocracia en la administración y gestión pública, en especial, en los puestos jerárquicos más importantes del aparato estatal.
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